Ya que no son pocas las consultas sobre «el perro viejo» vamos a realizar una charla sobre los cuidados que requieren los perros senior. Y para que os hagáis una idea del contenido os damos un pequeño adelanto.
La charla tendrá lugar el sábado 24 de Noviembre a las 10:00h en Anirniit, Alma Animal, con una duración aproximada de 2 horas. Impartida por Sarai Franco, Fisioterapeuta canino con Master en rehabilitación de pequeños animales y Titulada como Auxiliar Técnico Veterinario.
¿Cuándo un perro es senior?
Esta etapa no viene delimitada tanto por la edad del individuo, sino por el estado general de sus condiciones físicas y mentales. De forma general se suele considerar perros senior a los mayores de 6 años en individuos de razas grandes y en el caso de razas medianas y pequeñas a los mayores de 8 años. A partir de estas edades podemos modificar y/o implantar rutinas que ayudaran a la prevención y al retraso en la aparición de los síntomas propios del envejecimiento.
Síntomas del envejecimiento en perros
Hay determinados comportamientos y síntomas de deterioro físico por los que podemos sospechar que nuestro perro requiere cuidados geriátricos. Hay que diferenciar entre síntomas del envejecimiento y las patologías propias del mismo, que será nuestro veterinario quien las diagnostique y trate. Por lo general previas a la aparición y diagnostico de estas podremos aplicar cuidados preventivos, para mejorar la calidad de vida de nuestro perro y retrasar en la medida de lo posible la aparición de las patologías. Estos síntomas son:
- Incremento en las horas de sueño.
- Debilidad motora.
- Perdida notable de musculatura, sobre todo en las patas traseras.
- Mayor sensibilidad a los cambio térmicos, aumenta el riesgo de sufrir golpes de calor.
- Tendencia al aumento de peso.
- Aparición de problemas dentales tales como el sarro y otras patologías como gingivitis, etc.
- Deterioro de sentidos: vista, olfato, oído…
- Deterioro en el aspecto general de pelo, piel, almohadillas y uñas.
- Pérdida del control de los esfínteres, en mayor o menor medida.
- Aumento notable en la aparición de enfermedades o infecciones de carácter débil. Debido a la mayor fragilidad del sistema inmune. Siendo habituales las colitis, conjuntivitis, otitis, etc.…
- Mayor sensibilidad a las situaciones que le generan estrés, siendo notable por el exceso en la salivación y el jadeo, dilatación de las pupilas, perdida inmediata de pelo… Habiendo un gran número de factores y consecuencias al estrés a lo que le dedicaremos más adelante un artículo sólo a este tema
- Perdida de interés en actividades que antes ansiaba realizar, como juegos y paseo.
- Desorientación general, veremos que andan y que no llegan a ningún sitio en concreto, o permanecen un tiempo excesivo en una misma postura como mirando al infinito.
- Notaremos que parecen ir a cámara lenta y que “se hacen los locos”, de forma general al realizar cualquier actividad, andar o al obedecer órdenes por ejemplo. Pierden agilidad mental.
- Aparición de comportamientos repetitivos u obsesivos. Parecen tener “manías”. Vocalizan sin razón aparente e insistentemente, siguen intentando empujar puertas aunque no se abran, etc.…
- Pueden perder la capacidad de sentir que tienen sed, por lo que pueden deshidratarse con facilidad.
Nunca tendremos control sobre el paso del tiempo, la llegada de la vejez y la senectud son inevitables, pero si que hay determinados factores que podemos controlar, para ayudar a nuestro mejor amigo y proporcionarle una vejez lo más tranquila posible.
Nutrición:
Una alimentación adecuada y de calidad es el primer paso para una buena salud. La elección de una determinada dieta siempre se debe hacer de forma personalizada y siguiendo asesoramiento profesional. Las dietas «senior» estas formuladas para la fácil digestión, con complementos que refuerzan el sistema inmune, y condroprotectores que ayudaran al mantenimiento de las articulaciones. Las dietas veterinarias para tratar patologías siempre debes ser prescritas por un veterinario y requieren de seguimiento.
Descanso:
La mejor elección para garantizar un buen descanso a nuestro perro son las cunas o colchonetas de relleno viscoelástico.
Ejercicio y paseos:
No hay que dejar de pasear a nuestro perro por que sea mayor, el ejercicio moderado le mantendrá más saludable. Sin forzarle siguiendo el ritmo que marque nuestro fiel compañero, caminar por cuestas suaves de suelos regulares y evitando superficies artificiales, ayudará a que no pierda tanta musculatura. Sin olvidar que el paseo es una actividad que enriquece enormemente el día de nuestro perro, todos los olores y demás sensaciones estimulan su mente. Incorporar rutinas de ejercicios y masajes terapéuticos siempre será beneficioso, bajo la supervisión de personal cualificado, fisioterapeutas y veterinarios.
Higiene y aseo:
Los individuos geriátricos tienen cierta predisposición a sufrir infecciones leves. Para prevenirlas y/o detectarlas de forma temprana, a parte de reforzar el sistema inmune podemos incorporar las siguientes rutinas.
- cepillado a conciencia del manto para evitar que se le formen nudos y estos al mojarse puedan producir irritaciones en la piel que generen dermatitis húmedas. Si quieres saber más lee nuestro articulo sobre Peluquería Canina.
- revisar con frecuencia las orejas, limpiarlas con productos adecuados para tal fin si fuese necesario y visitar a nuestro veterinario si detectamos suciedad persistente, incluso mal olor. Para prevenir otitis.
- Proporcionar a nuestro perro huesos dentales para evitar la acumulación de sarro . En caso en los que haya mucho sarro, consultar a nuestro veterinario por las limpiezas dentales.
- Mantener las uñas a una longitud adecuada y recortar los pelos interdigitales si fuese necesario.
Siguiendo estas sencillas indicaciones podremos mejorar las calidad de vida de nuestro perro durante su vejez.
También agradecer a Saraí el asesoramiento aportado para la realización de este articulo.